jueves, 4 de septiembre de 2014

Cómo Recuperar a Un Viejo Amor

Perder a un amor puede ser una situación en verdad difícil: en especial cuando queremos luego intentar recuperarlo, y no sabemos por dónde comenzar. Sin embargo, hay algunas reglas sencillas que nos dan una buena idea de nuestros pasos a seguir, en el intento de que esa persona especial retome su lugar en nuestras vidas.
La historia infinita.
El amor de tu vida se fue. Es desgarrador, sientes como si te hubiesen arrancado el corazón del pecho, aún palpitante, y crees que no podría haber desconsuelo peor. ¿Cómo lo sabemos? Porque muchos hemos sentido lo mismo alguna vez, y todos (o casi todos) hemos reaccionado de igual manera al comienzo: inmediatamente comenzamos a evaluar todas las formas en las que podríamos recuperar a este gran amor.
Y de esto es, precisamente, de lo que hablaremos en este artículo. Si alguna vez esa persona te amó en verdad, entonces hay buenas chances de que logres recuperarle. Y aquí veremos cómo puede hacer para conseguirlo o, mejor dicho: qué es lo que debes evitar A TODA COSTA si buscas recuperar a tu amor.
No, no y no.
Hay algunas cosas que, a veces, hacemos casi como por error. Son esos actos desesperados, que ponemos en marcha sin calcular las consecuencias ni los efectos que podrían tener. Estas son las cosas que definitivamente no debes hacer, si intentas recuperar a tu amor:
  • Llamarle para suplicarle, llorar, rogarle que vuelva, incluso sugerirle que eres capaz de cualquier cosa si no regresa a ti… como herirte o hacerte algún tipo de daño. Esto no sólo no funcionará nunca, sino que, además, te hará ver infantil, eliminando todos tus atractivos a sus ojos. La culpa no ha de ser un motivo para hacer que regrese a ti: debe ser un acto de amor.
  • Tampoco lo hagas en persona… ni a través de email, mensajes ni nada. Si sientes la tentación de hacer algo de lo mencionado, entonces será mejor que procures no tener ningún tipo de contacto por el momento.
  • No es buena idea llamar cómplices a la causa, en especial si estos “soldados de paz” son amigos mutuos. Procura mantener a tus amigos y a los amigos compartidos alejados de todo esto, ya que podrías terminar por perder a tu amor y a tu amigo al mismo tiempo.
  • Resiste la tentación de enviarle regalos (flores, tarjetas, joyas). Aún más: procura evitar enviarle mensajes, emails, cartas… es decir, una vez más: evita el contacto en todo lo posible.
  • Y no caigas en tu propia trampa: no te mientas (ni le mientas) diciendo que quieres que “sean amigos”. En verdad, eso no es lo que quieres, y no ganarás nada con decírselo. Sólo ocurre en las películas que el gran amor perdido, al escuchar esta frase, cae en su error e intenta corregirlo, volviendo al protagonista. Pues esto no es así en la vida real: si tu amor te escucha decirle que “ya no te interesas por él o ella”, entonces tus posibilidades quedarán más lejanas que antes.

Ahora, bien, esto es lo que puedes hacer para recuperar a tu amor.

En primer lugar, hay que evaluar cómo y por qué se dio el final de esta relación. No es lo mismo si rompieron debido a una pelea, a una discusión, o a un acto dramático o una infidelidad. Aún así: siempre existe la posibilidad de recuperar a ese amor, si es lo que en verdad quieres.
Nos referimos a que, en este plan, debes pensar si recuperarle es en verdad lo que deseas. Suena drástico, pero es verdad: si estuvisteis juntos por sólo algunas semanas, quizás no se trate de un verdadero y profundo amor, sino de una buena relación. La pregunta aquí es “¿vale la pena recuperarle? ¿Es lo que quiere mi corazón, o lo que quiere mi orgullo?”
Tiempo al tiempo.
El secreto aquí es el tiempo. Si durante la ruptura lloraste y suplicaste, entonces deberás evitar el contacto por mayor tiempo. Debes darle tiempo a que te extrañe: es cierto que no sabemos lo que teníamos, hasta que lo perdimos. Ya tú lo sabes, pero debes dejar que tu amor también lo descubra.
Debes esperar. Debes dejarle en libertad: si necesita, que esté con otra persona. Y no desesperes. Ten paciencia: te extrañará, si eres lo que su corazón anhela. Y luego, cuando haya pasado un tiempo, entonces allí le llamas. Sin enojos, sin llantos ni súplicas: ya tendrás tu mente más relajada, y tendrás mejor predisposición para esto.
La llamada: el elemento vital.
Esta llamada, o este contacto, será lo que defina lo que sucederá entre ustedes. Mantente con tranquilidad, no desesperes. Piensa lo que vas a decir, y mantente casual. Dile algo como “estaba pensando en ti, ¿qué es de tu vida?”, y luego espera su respuesta. Aunque sea hiriente, aunque te arriesgues a recibir un “nada” como respuesta: tú estás haciendo tu intento, pero no tienes la palabra final, como tampoco la tiene tu amor completamente.
No hables sobre la ruptura. En su lugar, intenta tener una conversación casual, tal y como lo hacían al estar juntos. Si notas que tu amor no muestra interés, se inteligente: dile que sólo llamabas para saludar, pero que ahora no tienes mucho tiempo para hablar. Y recuerda: no le digas que quieres que sean amigos, eso no es verdad.
Puede que te diga que se alegra de recibir tu llamada, y que te extraña. Y puede, también, que no tenga interés en hablar contigo. Si se muestra interesado, invítale a tomar un café “algún día”, y observa su respuesta. Pero no le apresures, déjale su espacio para que pueda absorber todo lo que está sucediendo. Y se tú quien termine la conversación: si se torna extraña, o si se pone algo incierta, dile que “tienes que irte”, y finaliza la charla, pero de modo amigable y respetuoso.
La respuesta, la reacción: el resultado.
Debes tener en cuenta las respuestas recibidas. Si tu amor se ha mostrado con interés en volver a contactarse, eso será estupendo. Pero si te dice algo como “bien, ya hablamos. Hasta siempre”, ya sabes que debes dejarle ir.
Y luego: vuelves a esperar. No sigas comunicándote, deja que tu amor se preocupe por ello. Nunca sabes lo que puede suceder en el futuro. Puede que ahora no recibas la respuesta que quisiste recibir… pero quizás en unos meses, o en un año, o más, esa persona decida volver a ti, y sea tu amor quien, entonces, intente recuperarte a ti.

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